Cardenal Castillo defiende a la Generación Z: "No son terroristas, son hijos de Dios heridos por el sistema"

En su homilía del domingo 28 de septiembre, el arzobispo de Lima defendió a los jóvenes que han protestado en las calles de la capital.

Actualidad29 de septiembre de 2025RedacciónRedacción
  • "Aquí no hay terroristas; aquí hay hijos de Dios, heridos por un sistema que los margina”, dijo del Cardenal.
  • “Debemos salir, acogerlos, escucharlos", instó también el cardenal en la homilía.
  • La juventud clama "por justicia social y por un país que les dé esperanza", concluyó el prelado.

En un contexto de tensiones sociales crecientes, el cardenal Carlos Castillo Mattasoglio utilizó su homilía dominical para posicionarse firmemente del lado de los jóvenes manifestantes que han tomado las calles del centro de Lima en los últimos días. 

Pronunciada el 28 de septiembre en la Catedral, la reflexión del arzobispo no sólo interpretó las lecturas bíblicas del día –del profeta Amós, la Carta a Timoteo y el Evangelio de Lucas–, sino que las conectó directamente con la realidad peruana, defendiendo a la llamada Generación Z de acusaciones de terrorismo y llamando a una respuesta activa de la sociedad y la Iglesia.

El cardenal, conocido por su compromiso con los marginados, dedicó un segmento clave de su mensaje a resaltar el rol de estos jóvenes en las protestas. "Mirad a nuestra juventud, a esa Generación Z que ha llenado las calles del centro de Lima estos días, no como terroristas, sino como personas con dignidad, clamando por justicia social, contra las reformas de pensiones injustas y por un país que les dé esperanza", expresó Castillo, rechazando categóricamente las narrativas que criminalizan las movilizaciones. 

Esta defensa surge en medio de un clima político agitado, donde las manifestaciones han sido impulsadas por descontento ante reformas que, según los críticos, profundizan la desigualdad y afectan a los más vulnerables, incluyendo a la juventud sin oportunidades laborales estables.

"Aquí no hay terroristas; aquí hay hijos de Dios, heridos por un sistema que los margina", insistió, enfatizando que los jóvenes no son enemigos del orden, sino víctimas de un modelo económico y social que los deja a la puerta. "Como Iglesia, no podemos quedarnos en la puerta como el epulón, mirando desde lejos. Debemos salir, acogerlos, escucharlos", urgió Castillo, evocando el llamado del Papa Francisco a una Iglesia como "hospital de campaña" que se acerca a los heridos.

La homilía, que duró aproximadamente 20 minutos y fue seguida por fieles en la catedral y transmitida en redes, también contextualizó estas protestas dentro de una crisis más amplia. En este sentido, su defensa de los jóvenes no fue aislada, sino parte de un llamado profético a romper el egoísmo social, especialmente de cara a las elecciones de 2026. "La fe auténtica rompe el egoísmo y se encarna en el servicio", recordó, instando a evaluar candidatos por sus trayectorias y no por declaraciones piadosas.

Las palabras de Castillo lo posicionan como un cardenal, alineado con la tradición de un Iglesia que defiende los derechos humanos.

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