Cinco años de la CEAMA: “Una Iglesia que se deja tocar por los clamores de la Amazonía"

La Conferencia Eclesial de la Amazonía (CEAMA) cumple cinco años de creación. La teóloga Birgit Weiler reflexiona sobre sus aprendizajes y desafíos.

Iglesia y Comunidad04 de julio de 2025Diana TantaleánDiana Tantaleán
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  • Entre los logros más significativos de este tiempo se destaca la misma existencia de la CEAMA, enraizada en el territorio y como un organismo sinodal y profético.
  • Algo importante a resaltar es la creciente visibilización y participación de las mujeres en la vida eclesial.
  • Este caminar exige “una escucha constante a las comunidades, especialmente a las voces en las periferias sociales, culturales y existenciales”.

La Hna. Birgit Weiler ha estado presente desde los inicios de la creación de la Conferencia Eclesial de la Amazonía (CEAMA), en el 2019, tras el Sínodo de la Amazonía. Su mirada, tras estos cinco años, recoge los logros y lo que aún falta recorrer.

En sus palabras resuena, con fuerza, el llamado a recordar que el objetivo central del Sínodo de la Amazonía fue encontrar nuevos caminos para la Iglesia y para una ecología integral, lo cual encontró expresión coherente en la creación de la CEAMA, fruto del discernimiento del Consejo post-sinodal. Un espacio, el Consejo, formado por 13 miembros -cuatro de Brasil, dos de Bolivia, dos de Colombia, dos de Perú, uno de Antillas, uno de Ecuador y uno de Venezuela- para aplicar las propuestas en la región amazónica, con algunos miembros nombrados directamente por el Papa.

Entre los logros más significativos de este tiempo, la Hna. Birgit destaca cinco. En primer lugar, la misma existencia de la CEAMA, enraizada en el territorio y como un organismo sinodal y profético; en segundo lugar, resalta el fortalecimiento de una Iglesia con rostro amazónico, con un poliedro cultural, tal como se expresa (y sueña) la Exhortación Apostólica Querida Amazonía.

La teóloga también destaca la CEAMA como espacio de defensa profética de la vida de los pueblos y los ecosistemas, en respuesta al clamor de la tierra y los pobres; la consolidación de una presidencia eclesial compartida, plural, donde mujeres, pueblos originarios, religiosos y obispos ejercen una autoridad colegiada, orientada al discernimiento en común; y la creación del Programa Universitario Amazónico, que busca ofrecer educación superior desde y para el territorio.

Algo importante a resaltar es la creciente visibilización y participación de las mujeres en la vida eclesial: “Las mujeres tienen mucho que contribuir a una Iglesia sinodal amazónica. Lo mismo vale para los y las jóvenes”, puntualiza.

La CEAMA para la Iglesia universal

La experiencia de Conferencia Eclesial de la Amazonía, afirma la Hna. Weiler, ofrece aprendizajes clave para toda la Iglesia: la necesidad de inculturar la sinodalidad, aprender de los pueblos originarios sus modos de discernimiento comunitario, y vivir una conversión profunda de relaciones, procesos y vínculos. “Una Iglesia sinodal es una Iglesia que escucha, aprende y se deja transformar. Una Iglesia que no coloniza, sino que genera cultura del encuentro”, sostiene.

También recuerda que este caminar exige “una escucha constante a las comunidades, especialmente a las voces en las periferias sociales, culturales y existenciales”, para discernir con ellas los caminos del Reino.

El camino continúa

En el ámbito pastoral e institucional, la Hna. Birgit subraya la importancia de reforzar el movimiento circular entre comunidades, iglesias locales, CEAMA y de regreso al territorio. “Los planes pastorales deben nacer del corazón de los pueblos y volver a ellos transformados por el discernimiento compartido”, insiste.

La creación del Rito Amazónico, la inclusión activa de mujeres en el discernimiento y toma de decisiones, el fortalecimiento de las relaciones entre CEAMA y REPAM, y el combate a las nuevas formas de violencia estructural en el territorio (como la minería ilegal y la trata de personas) son también parte de este camino sinodal que —reconoce— “requiere tiempo, humildad y perseverancia”.

Una Iglesia que sueña con Francisco

Finalmente, celebra que CEAMA haya comenzado a encarnar los cuatro sueños del Papa Francisco en Querida Amazonía: social, cultural, ecológico y eclesial. Sueños tejidos entre sí, que necesitan comunidades dispuestas a “caminar al ritmo del Espíritu, con apertura de mente y corazón”.

Desde esta experiencia, la Hna. Birgit reafirma que el futuro de la CEAMA está en continuar siendo “una Iglesia que camina, aprende, escucha y se deja tocar por los clamores de la Amazonía”.

Fuente: CEAMA /Noticias del Vaticano / Andina

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