Iglesia de América Latina se pronuncia sobre la minería

Un paso inédito de la Iglesia Católica en su compromiso con la justicia ambiental: se lanzará guía pastoral que interpela el modelo extractivo minero en América Latina.

Iglesia y Comunidad11 de julio de 2025RedacciónRedacción
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  • La Iglesia ha decidido manifestarse en un momento donde muchos actores guardan silencio frente al poder económico de las grandes mineras.
  • Los obispos de América Latina y el Caribe presentarán, este 17 de julio, un documento titulado “Orientaciones Pastorales sobre los Impactos de la Minería”.
  • Uno de los capítulos más potentes del texto desmonta una narrativa dominante, según la cual la minería es indispensable para alcanzar una transición energética verde.

Coincidiendo con el paro minero que esta semana afectó al Perú, y que tiene sus raíces en una serie de conflictos relacionados con la minería artesanal e informal, un sector que involucra a más de 1.2 millones de trabajadores en el país, los obispos de América Latina y el Caribe, apoyados por el Dicasterio para el Desarrollo Humano Integral, el Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (CELAM) y la Red Iglesias y Minería, presentarán el documento titulado “Orientaciones Pastorales sobre los Impactos de la Minería” el jueves 17 de julio. Este texto es un paso sin precedentes en su compromiso con la justicia ambiental en la medida en que interpela con fuerza el modelo extractivo minero en América Latina.

¿Qué dice el documento?

Este documento busca abordar los conflictos socioambientales causados por la minería, promoviendo la justicia social, la protección ecológica y los derechos humanos.

El texto será presentado en Panamá por más de 20 obispos del continente, y representa la consolidación de una postura clara y directa frente a una minería que está asociada con la devastación ecológica, el despojo territorial y el conflicto social.

Esta iniciativa no es aislada ni de coyuntura, es más bien el resultado de un proceso de escucha comunitaria, teológica y pastoral que comenzó hace más de diez años, impulsado por el CELAM, el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral del Vaticano y la Red Iglesias y Minería.

El documento parte de un análisis donde se evalúa una situación que se reproduce en América Latina y que está ligada con una minería que opera sin controles, que vulnera ampliamente los derechos humanos, que desestructura economías locales y que se ha convertido en un problema que genera severos conflictos. El texto no percibe a la minería como una actividad neutra, más bien la muestra como parte de un modelo económico extractivista que prioriza la ganancia a corto plazo sobre la vida, la biodiversidad y la justicia.

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Las orientaciones pastorales no se limitan a una advertencia moral, son una hoja de ruta para actuar ante el deterioro socioambiental. La guía plantea que la actividad minera sea acotada, tenga clara y eficiente regulación y sea verdaderamente necesaria. Es un concepto que colisiona con el actual paradigma de extracción ilimitada, donde las empresas, en gran medida extranjeras, operan con ventajas fiscales, impunidad ambiental y complicidad política. 

La “transición energética” como una trampa

Uno de los capítulos más potentes del texto desnuda una narrativa dominante según la cual la minería es indispensable para alcanzar una transición energética verde. La Iglesia advierte que no puede justificarse una nueva oleada extractiva que perpetúe el sufrimiento en territorios vulnerables, por más que en las nuevas matrices energéticas de electrificación el mineral sea crucial.

El documento refiere claramente que allí donde hay litio, cobre o níquel hay ecosistemas frágiles, moran pueblos originarios, existen fuentes de agua únicas y se albergan culturas milenarias que tienen que preservarse.

En esta guía pastoral se introduce el concepto llamado “zonas de sacrificio”, donde regiones enteras son ofrecidas como una suerte de «tributo al progreso global», pero que nunca ven reflejado ese desarrollo o ese bienestar en forma de hospitales, escuelas o acceso al agua de calidad. La crítica no admite dudas, si la transición energética no tiene una base ética y justa, corre el riesgo de ser una nueva versión del colonialismo, sólo que esta vez estará pintada de verde. 

La espiritualidad y la resistencia popular

En un continente marcado por la fe y la religiosidad popular, la minería impacta en el mundo espiritual y simbólico. No son pocas las veces que estos pueblos han visto sus cerros sagrados dinamitados, sus ríos consagrados hechos una mugre por los relaves, y sus rituales ancestrales despreciados y relegados por el lenguaje de los informes de impacto ambiental.

El documento propone un importante compromiso pastoral para acompañar y estar del lado de las comunidades afectadas. También pide a los obispos y a las parroquias formarse en temas ambientales, a actuar como mediadores valientes en los conflictos y a levantar la voz frente a la criminalización de los defensores del territorio, muchos de ellos asesinados por las mafias que también operan en esos territorios.

El riesgo de ser cooptados

Con claridad, las orientaciones de la guía advierten sobre el riesgo de perder la independencia pastoral cuando se aceptan donaciones, financiamiento o presencia de las mineras en actividades de la Iglesia. El CELAM, através de este documento, llama a un discernimiento profundo y a una “coherencia ética”, evitando que las estructuras de la Iglesia se conviertan en legitimadoras del extractivismo al aceptar pagos de estas empresas. La misión pastoral, enfatizan los Obispos, debe estar siempre del lado de los pobres y los marginados.

A su vez, el contenido de esta guía no es improvisado: se elaboró con base en más de 100 experiencias documentadas en 25 países de América Latina y el Caribe. De la preparación de este documento participaron comunidades indígenas, campesinas, afrodescendientes, organizaciones ambientales, obispos y teólogos.

El resultado es un documento profundamente latinoamericano, que pone en palabras lo que miles de personas sienten en carne propia cada vez que una empresa minera se instala en su territorio. Es una herramienta práctica para la acción pastoral, pero también en una referencia política para quienes discuten el futuro del desarrollo en América Latina.

FUENTE: aceroyroca.com / ANDINA / Radio Pogreso / CEP Panamá / Revista Negocios

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