La codicia global desata una guerra contra el tráfico de fauna de la Amazonía

La policía de Perú informó que desarticuló una organización internacional dedicada al tráfico de animales de la Amazonía

Iglesia y Comunidad22 de julio de 2025RedacciónRedacción
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  • Se incautaron ejemplares de especies en peligro, como monos, perezosos, capibaras, osos hormigueros, ranas, reptiles y escarabajos.
  • La banda, dirigida por el español Juan Ramón Morillas.
  • Se llevaban a los animales hasta Tailandia, China, Hong Kong, Rusia, España y Estados Unidos.

 

Esta operación, en la que se capturó a 12 personas y se incautó especímenes cuyo valor en el mercado negro bordea el medio millón de dólares, se suma al conjunto de fuerzas de seguridad de la región latinoamericana que buca frenar uno de los negocios globales más lucrativos: el tráfico de fauna silvestre. 

La banda, dirigida por el español Juan Ramón Morillas, se dedicaba a "comercializar y traficar ilegalmente especies de la fauna silvestre de la Amazonía del Perú", señaló el jefe de la policía ambiental, general Manuel Lozada. También fueron capturados otros dos españoles y 10 ciudadanos peruanos. 

Los traficantes llevaban a los animales hasta Tailandia, China, Hong Kong, Rusia, España y Estados Unidos. En el operativo llevado a cabo por la policía y la fiscalía en la ciudad amazónica de Iquitos y en la capital Lima, se incautaron ejemplares de especies en peligro, como monos, perezosos, capibaras, osos hormigueros, ranas, reptiles y escarabajos.

"Todo lo que se ha incautado en el mercado negro internacional bordea los 600.000 dólares", señaló Lozada. Esta organización habría amasado más de 1,5 millones de dólares desde 2022 con esta actividad ilegal, de acuerdo con las autoridades.

El tráfico de animales en cfras

Se trata del cuarto negocio ilícito más grande del mundo, después del tráfico de drogas, personas y productos falsificados. Cifras estimadas señalan que genera entre 7,000 y 23,000 millones de dólares anuales a nivel global. Interpol y la ONU coinciden con estas aproximaciones estimando que este comercio ilegal puede alcanzar hasta 20,000 millones de dólares por año. Si el número preocupa su tendencia de crecimiento es aún  más desalentadora pues se calcula que tiene un crecimiento anual del 7%, superando -largamente- el crecimiento de las economías locales. 

Entre 2015 y 2021, se confiscaron 13 millones de especies en 162 países, afectando a unas 4,000 especies de flora y fauna, de las cuales aproximadamente 3,250 están protegidas por la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas. Además, entre 1999 y 2019, se registraron cerca de 180,000 incautaciones de unas 6,000 especies en 149 países, incluyendo mamíferos, reptiles, corales, aves y peces.

El pangolín es el mamífero más traficado, con un aumento de diez veces en las confiscaciones de sus escamas entre 2014 y 2018. El peso de China en el contrabando de esta especie es el que inclina la balanza en contra de esta especie. Las escamas del pangolín, compuestas principalmente de queratina, son utilizadas principalmente en la medicina tradicional asiática, especialmente en China y Vietnam, donde se les atribuyen propiedades curativas sin base científica

Mientras tanto, especies como elefantes, rinocerontes, tigres y orquídeas raras también son gravemente afectadas, contribuyendo a la extinción local o global de algunas de ellas. Este delito, impulsado por redes de crimen organizado, no solo amenaza la biodiversidad, sino también la salud pública y los ecosistemas, aumentando el riesgo de enfermedades zoonóticas como la pendemia del coronavirus.

El compromiso de la fe

Para contener este delito en comunidades originarias y en zonas de selva, reiterar la importancia del mensaje de la Iglesia Católica -respecto a la ecología- podría dar como resultado la construcción de una ética que fuese transversal de la conducta humana. Por eso es importante  abordar el tema del tráfico de vida silvestre desde la perspectiva de la ética, la justicia y la responsabilidad hacia la creación que la Iglesia propone. En la encíclica Laudato si' (2015), el papa Francisco dedica un espacio importante a la protección del medio ambiente y la biodiversidad, condenando prácticas que dañan los ecosistemas, como el tráfico ilegal de especies.

La Iglesia considera que el tráfico de vida silvestre es un acto contrario al principio de la "ecología integral", que promueve el respeto por todas las formas de vida como parte de la creación de Dios. El papa Francisco señala en Laudato si' (n. 91) que "no es compatible con la dignidad humana causar sufrimiento a los animales o destruir ecosistemas por intereses económicos". El tráfico de especies, al contribuir a la extinción de animales y al desequilibrio ecológico, se ve como una forma de explotación que prioriza el lucro sobre la responsabilidad moral.

FUENTE: AFP / MONGABAY /

 

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